Roque Nublo
CARACTERÍSTICAS
Bendita piedra lunar, a tu sombra he nacido y a tu sombra quiero estar...
Así empieza el himno de Gran Canaria, de donde el Roque Nublo es el símbolo por antonomasia. Su silueta está presente en numerosos escudos y anagramas de entidades deportivas, culturales, etc. El Roque Nublo es la cumbre a la que todos anhelamos llegar, y cuando la alcanzamos sentimos una fascinación especial. Nuestro cuerpo se extasía al contemplar las enormes panorámicas que desde lo alto se aprecian: una visión de 360º, tan amplia que pocas montañas en Gran Canaria podrán ofrecerle un espectáculo de tal grandiosidad.
Hay que retroceder al periodo de formación de la isla para comprender la magnitud de este ciclópeo monolito rocoso. El edificio volcánico que originó este roque era un estratovolcán, denominado Roque Nublo, el cual estuvo activo entre 5 y 2,8 millones de años antes del presente (Plioceno). La roca tiene unos 65 metros de alto, y es un resto de una colada piroclástica de bloques y cenizas soldadas originada por la erupción explosiva del estratovolcán, cuya altura pudo alcanzar los 3.000 metros. Hoy día está muy desmantelado, y la erosión galopante e inexorable que ha provocado el paso de millones de años nos ha dejado una caldera de 200 kilómetros cuadrados de superficie.
Itinerario
La Goleta - El Fraile - Degollada del Nublo - El Tablón - Roque Nublo. Regreso por el Cortijo del Nublo y Degollada Blanca.
Acceso
El punto de inicio es la Degollada de La Goleta, en el aparcamiento para subir al Roque Nublo, carretera que une Ayacata con los Llanos de la Pez (GC-600), punto kilométrico 11, aproximadamente.
Tramo 1
Subida hasta el Tablón del Nublo. 30 minutos
Después de leer la abundante información que nos proporcionan los carteles situados al inicio del camino, así como de disfrutar de los quioscos y ventorrillos que se montan en el margen de la carretera, donde se pueden comprar productos de repostería locales, comenzamos nuestro andar en una “auténtica autopista”. Es muy amplio el camino en este primer tramo y no ofrece dificultad alguna.
Además, una señal de madera, con el indicativo “PR-GC-60”, le marca la dirección del Roque Nublo. Pertenece a la señalética de sendero de “pequeño recorrido” que está colocando el Cabildo de Gran Canaria en muchos lugares de la isla.
Entre retamas, pinos, tabaibas, margaritas, cerrajas y salvias, el camino va ganando altura, a la vez que nos ofrece una amplia panorámica del pueblo de Ayacata, que podrá contemplar abajo, a su izquierda.
En 10 minutos (527 metros de recorrido) llegará a un banco de roca (similar a un muro de piedra seca) preparado para que el caminante pueda realizar una pausa. Tómeselo con tranquilidad. No hay prisa, lo importante es disfrutar del entorno. Respiraremos aire limpio, preparándonos para la subida, de notable pendiente.
A continuación viene un repecho donde el camino se dibuja sobre la tosca de piedra volcánica. Es fuerte el desnivel que se salva, y cuando el camino gira a su derecha tendrá la primera oportunidad de ver el paisaje del pinar de los Llanos de La Pez y el Pico de Los Pozos de Nieve. Solo ha recorrido 700 metros: como podrá observar, el aparcamiento queda allá abajo, pequeñito; y el Roque Fraile (o “el monje”) se halla a su izquierda, subiendo. Vuelva a tomar respiro. Ahora la panorámica es mayor.
Cien metros más adelante, encontraremos la primera bifurcación, en la que una señal de madera nos indica la dirección a “La Culata”. Por este camino regresaremos al final de nuestro itinerario. Ahora estamos en la cota 1.676 m. a., y hemos de seguir de frente, subiendo.
Aún nos queda superar un último serpenteo del camino, en fuerte subida, para llegar al cruce de caminos situado a 1.721 metros de altitud (a 24 minutos y 1,14 km desde el inicio). Estamos en el punto conocido como degollada del Nublo.
Dos direcciones le marca la señal de madera: La Culata y Roque Nublo. A nosotros ahora nos toca elegir la segunda, “pa’l Roque Nublo”, pero al regreso volveremos a esta bifurcación para tomar el otro sentido. La panorámica desde este punto cambia completamente: se aprecian la presa de Chira, los Riscos de Los Timoneros (los cuales tiene a su izquierda) y, al frente, gran parte del macizo de Sandara, Yesca y Lina.
Continuamos nuestra subida y torcemos a la derecha; después ascendemos por unos escalones rocosos, y posteriormente giramos a la izquierda. Llegamos, así, a una pequeña plataforma previa al Tablón. Nos queda superar un grupo final de escalones rocosos, rumbo al Roque Nublo. Cuando llegue a la parte plana, sentirá una agradable sensación de expansión. Su vista se recreará en todo lo que ve. Sus dedos intentarán señalar lo que puedan ir adivinando e interpretando del abanico de pueblos y montañas que le rodean. En un punto determinado, podrá ver las tres grandes presas de Gran Canaria: Chira, Soria y Cueva de Las Niñas; es uno de los pocos lugares de la isla desde donde se consigue divisar las tres a la vez. Todo ello, claro está, si el tiempo se lo permite y está despejado... le recuerdo que el topónimo “nublo” tiene su origen, probablemente, en la “neblina”, palabra muy usada por las gentes de nuestros campos para denominar el manto de nubes bajas que suele tapar gran parte de las medianías y cumbres de la isla.
Habitualmente, los más atrevidos llegan a tocar la roca e incluso se aventuran a dar un pequeño giro por la derecha (noreste del Roque). Si hace eso tenga cuidado, pues la zona es pedregosa y resbaladiza. Le advertimos del vértigo que podría sentir en este último punto.
Tramo 2
Descenso hasta la degollada Blanca. 35 minutos
Para proseguir nuestro itinerario, damos la vuelta y regresamos hasta el último cruce de caminos: degollada del Nublo. En ese punto, tomamos ahora la dirección de la derecha, según descendemos, rumbo a “La Culata”. Es una bajada resbaladiza, entre pinares jóvenes, que nos conduce hasta el siguiente cruce, flanqueado por muros de piedra. Aquí la señal de madera nos marca una dirección nueva, “El Aserrador”, a donde llegaría si tomase a la izquierda. Por ese camino podría desplazarse hasta El Juncal de Tejeda y otras muchas localidades de Tejeda.
Hasta este punto hemos recorrido unos 2,7 km, en 54’ de tiempo neto (sin contar las paradas realizadas), y estamos en la cota 1.632 m. a.
Nosotros debemos dar la vuelta al Roque Nublo completamente, y para ello, tomaremos la dirección de la derecha, a “La Culata”, según reza la señal de madera. El camino va llaneando y es muy cómodo pasear por este rincón, mientras dejamos la mole rocosa del Nublo a la derecha.
Vamos girando, nuestro rumbo de N a NE. Justo en la degollada Blanca es donde más claro se ve el cambio de dirección que el camino hace para retornar al aparcamiento. Es en este punto donde tendrá la oportunidad de salir del sendero por su izquierda, llanear a la sombra de los pinos y acercarse un poco a un espolón rocoso que cae sobre la Cruz de Timagada, aproximadamente.
Regrese al camino principal, y en pocos minutos llegará a un nuevo cruce. En él debemos tomar la dirección de la derecha, el camino que sube sobre base de piedra seca y siguiendo la señal de madera que indica “La Goleta”.
Si quisiera bajar a La Culata, le informamos que el desnivel es fuerte y para regresar tendría que hacer un gran esfuerzo. Puede descender por este y regresar por otro camino que sube justo al aparcamiento, pasando por la Casa del Pino y el barranquillo del Agua. Pero esa es otra ruta diferente a la propuesta aquí.
Tramo 3
Regreso por el camino del Lomo de la Mancha Verde. 25 minutos
Ahora nos toca subir un poco: el camino se adentra en la espesura del pinar y, tras realizar algunos giros, nos lleva a atravesar la cañada de Los Gaspares. Seguimos en línea recta para enganchar con el primer camino por el que subimos. Son apenas 600 metros de este último tramo de sendero de pinocha, que realizaremos en 10 minutos.
Una vez en el camino principal de subida, descendemos a la izquierda, con la advertencia de que bajando también es recomendable descansar y pararnos a disfrutar del entorno.
CRÓNICA
ROQUE NUBLO, PRESA DE
LAS NIÑAS Y CUEVAS
El domingo día 30 de marzo a las 08:00 horas el
grupo queda en el mesón del arsenal para realizar una nueva ruta del Roque
Nublo y la Presa de las niñas. Una vez reunidos todos y con falta de muchos
compañeros de los más habituales Manolo, Mari Ángeles, Daniela, el hombre agua
etc etc perdonar que no nombre a todos pero sois muchos. Los que vamos a realizar este sendero nos divididos
en diferentes coches y ponemos rumbo al inicio de esta ruta “El Roque Nublo”.
Una vez en el aparcamiento justo enfrente donde
comienza la ruta comenzamos a caminar, todo se desenvuelve sin complicaciones,
vistas preciosas olor a monte y risas muchas risas.
Algunos comienzan la ruta a la carrera y desaparecen
rápidamente de nuestras vista “No está bien, el grupo debe estar en todo
momento unido”. Encontramos una pared en la montaña llena de agujeros como si
de grutas se tratara ¡Caprichos de la naturaleza! María y Alex se deciden a
subir para poder disfrutar con los trabajos realizados por la erosión a lo
largo de los años, la bajada es más complicada que la subida, arena y piedras
sueltas mas las agujas de los pinos que facilitan una caída, María puede encontrarse
comprometida y como nó Miguel al rescate, conseguimos bajar sin contratiempos y
continuamos la ruta hasta llegar a la roca por excelencia El Roque Nublo.
El día esplendido y mientras unos se dedican a
explorar los lugares más comprometidos o peligrosos bajo la atenta cámara de Diego
otros comienzan con los bocadillos y como si de la playa se tratara a tomar el
sol, el día es esplendido invitando a ello.
Bocadillos, golosinas y refrescos y una buena sesión
de rayos solares antes de comenzar la bajada.
Comenzamos la bajada y algo parecido a lo anterior
unos corren como galgos y se alejan y como dijimos anteriormente esto no debe
hacerse, otros aprovechan durante la bajada para acercarse al aseo jejejeje
bebieron mucho liquido.
De repente como si de un huracán se tratara Javi Y
Rosa pasan a toda velocidad seguramente una apuesta para ver quién de los dos es
más rápido, i Javi no te la juegues con Rosa que llevas la de perder y Perdió
jajajaja era de esperar, llegamos a la zona de aparcamiento y le pedimos a uno
de los hombres que se encuentran en los
quioscos de bebidas que nos sacaran una fotografía de todo el grupo para así dejar
inmortalizado el momento, y el grupo quedo inmortalizado.
Miguel como buen guía y queriendo que el personal disfrutara
a tope propone trasladarse a la Presa de las Niñas y todos convencidos nos
subimos nuevamente a los coches trasladándonos hasta allí para continuar con
nuestra segunda ruta.
Llegamos a la zona de inicio y la primera sorpresa
es encontrar el acceso al camino cortado con vallas y cadenas por obras, nos saltamos la
cadena al igual que las reglas y no fuimos los únicos las cocinas se llenaron
de familias para pasar el día y todos al igual que nosotros tuvieron que
saltarse los obstáculos.
Una vez comenzamos el camino “sorpresa” el embalse
está bastante vacio a pesar de haber tenido muchas lluvias, seguimos lo que sería
el curso del agua convertido ahora en
rio de piedras, pasamos por una mini playa cubierta de piñas bañadas por las
aguas de este pantano y continuamos por el borde del pantano hasta llegar a la
Presa y después de inmortalizar el momento de la llegada cuesta arriba nos
dirigimos al árbol de Casandra donde todos reunidos comenzamos una sesión
fotográfica con el famoso árbol “Historias de brujería que podéis leer al final
de la crónica al igual que la procedencia del nombre de la Presa”.
Ya terminada esta sesión de fotos donde Diego dejo
demostrada su eficiencia como fotógrafo nos abalanzamos cuesta abajo hasta
llegar a las cocinas “Que pena no haber traído a Caro” comentan algunos, esto
es producido por el olor que nos llega de las diferentes barbacoas que están
realizando las familias y porque la hora de comer está cercana.
Ya en los coches Miguel les recuerda a todos que
todavía faltan unos 400 metros muy pintorescos por ver “Las Cuevas de las
Niñas”, al llegar a uno de los puentes
que por debajo tiene paso de agua que procedente de las montañas desemboca en
el pantano, paramos dejando los coches a la derecha del puente en un pequeño
aparcamiento o mirador.
Todos ya fuera de los coches y como se trata de muy
poco recorrido no se cogen los palos, ni mochilas, total nada de nada con la
excepción de los móviles y una pequeña linterna de bolsillo que Diego le había
prestado a Miguel, no preveíamos la aventura que estaba a punto de iniciarse y
gracias a los pocos utensilios que llevábamos conseguimos finalizar la aventura
que paso a relatar.
Cruzamos la carretera y nos adentramos entre grandes
rocas y pozas de agua ayudando en alguno de los momentos a aquellos que tenían dudas
o temores a la hora de pasar un par de tramos de dificultad, como siempre
Miguel esta para dar su mano y su ayuda dando seguridad a su grupo, continuamos
hasta llegar a la entrada de una cueva con pozas de agua y oscuridad total, al
fondo a una distancia superior de un kilometro se aprecia un punto de luz “La
salida del túnel” todo el grupo menos la más sensata de todos “María la amiga
de Gregorio” se introducen en el túnel formando tres grupos, en el primero con
la mini linterna va Miguel guiando a los diferentes grupos, a los diez minutos
de recorrido ya no estamos pendientes de las pozas de agua vamos empapados por
encima de los tobillos, la luz del final del túnel da ánimos de seguir adelante
pero el último grupo toma la mejor decisión retroceder y volver a la entrada,
el segundo grupo donde se encuentran entre otros Rosa y Javi entre gritos y
risas también deciden regresar a la entrada y ahí queda un solo grupo SOLOS
ANTE EL PELIGRO como si de una película se tratara, quién dijo miedo hay que
conseguirlo, a veces de pie otras doblados por culpa de la altura, cuidado con
los golpes en la cabeza más de uno este aviso llego tarde y un chichón para el
recuerdo, se acaban las pozas y los charcos de agua y por fin lo más esperado
“La salida”.
Pues no, no hay salida, estamos en el exterior de la
montaña, el túnel la cruzó por completo, pero desde una montaña a otra sigue
habiendo túneles de cemento de paredes
lisas y techo plano, en algunas zonas por encontrarse el techo caído “derrumbado”
tenemos respiraderos y entradas de luz, el gran dilema, ¿qué hacemos? El gran
dilema se resuelve rápidamente, Carmen, Sara todos en definitiva deciden
seguir, el más reacio el que cuenta esta historia, quizás por la
responsabilidad del grupo y por percibir que la aventura que estamos corriendo
contiene riesgos.
Una vez cruzadas tres montañas y cuatro túneles
exteriores y el que menos con dolor de espalda y cuello, tenemos que tomar una
decisión y no puede ser otra que volver ya que al mirar por uno de los
tragaluces improvisados por los derrumbamientos tenemos a nuestra derecha un
acantilado con caída vertical y a nuestra izquierda una ladera de inclinación
exagerada, tierra y piedras sueltas pinos quemados y una autentica alfombra de
agujas de pino, arriba la carretera eso da ánimos para intentarlo, esto que
estamos a punto de realizar me parece una autentica locura y mucha preocupación
por las dos mujeres “Carmen y Sara” que componen este grupo de cinco personas,
pero como antes pasó la decisión esa tomada y tomo la decisión de ir el primero
en cabeza para ayudar en todo lo que se posible y dar la mayor seguridad
posible a la ascensión, una subida muy dura y peligrosa no voy a entrar en los
malos detalles solo decir que gracias a un cinturón de cuero pudimos salir de
aquella ladera que se convirtió en un infierno mientras duró, heridas en las
piernas y en las manos, sucios del negro carbón de la corteza de los pinos
quemados pero por fin todos en la carretera, solo falto yo que termino el
último tramo gracias al cinturón salvador que me arrojan desde arriba y la
historia de los túneles terminó Uffffffffff.
Una vez en la carretera utilice la poca batería que
quedaba en el móvil para llamar al grupo que se encontraban en los coches y
pedir que subieran montaña arriba para recogernos mientras andábamos montaña
abajo por la carretera, apareció Diego con su súper Volvo pero como ya solo nos
quedaban un par de kilómetros para llegar decidimos hacerlos andando y así
poder quitarnos toda la tensión acumulada.
Ya todos en el aparcamiento se decide quien comerá
en un mesón que vimos en la bajada a orillas de la carretera y quien regresara
a Las Palmas, una gran mayoría decidimos comer en el mesón y así lo hicimos,
nada más llegar nos encontramos con algunos moteros y cantidad de ciclistas,
entramos al asalto en los aseos para lavarnos de todo el hollín acumulado de
los pinos quemados y algunos curarse las heridas.
La comida muy bien casi todos pedimos pasta pero
ninguno coincidió como cuando se pide café, solo, cortado, con leche manchado
etc etc pues lo mismo con la pasta, una vez terminada la comida y volver a
resaltar que la pasta muy buena nos despedimos y hasta la próxima ruta.
PRESA DE LAS NIÑAS
Una curiosidad con
respecto a la presa es la de su nombre, que de Majada Alta pasa a llamarse Cuevas
de Las Niñas, o Las Niñas simplemente.
Siempre se había
interpretado una supuesta leyenda en la que dos hermanas habían perecido
ahogadas en el embalse pocos años después de su inauguración, en los años 60 y
de ahí se había perdido el topónimo original de Majada Alta, que hace
referencia al barranco donde se encuentra enclavado el embalse y había pasado a
ser conocido como "de las Niñas", en memoria de las supuestas
fallecidas en el lugar, nombre que todavía hoy perdura, incluso en los mapas y
rutas de senderismo.
Nada de esto es
cierto y solo se alimentó esta leyenda para que de alguna manera, quedara
oculta la verdadera razón del cambio de nombre de la presa, que a los ojos de
los turistas, parecía ser de “mal gusto”.
Durante la
construcción final de la presa, existieron en la zona unas cuevas (aún
existen), donde los obreros guardaban los utensilios de fabricación y eran
usadas también como viviendas temporales de estos.
En algunas de esas
cuevas, muchas jovencitas ejercían la prostitución con los obreros de la presa
y dicho enclave pronto se empezó a conocer como "las cuevas de las
niñas", haciendo referencia a las prostitutas que en ellas realizaban
sus intercambios sexuales.
Esto originó rápidamente que el nombre de Presa de La Majada Alta derivase y fuese conocido como Presa de Las Cuevas de Las Niñas o simplemente de Las Niñas.
Esto originó rápidamente que el nombre de Presa de La Majada Alta derivase y fuese conocido como Presa de Las Cuevas de Las Niñas o simplemente de Las Niñas.
Esto no gustó de
cara al turismo de la época ya que daba la mala imagen que en esa zona se
ejercía la prostitución y se decidió argumentar, tras finalizar la construcción
y quedar deshabitadas las cuevas, que lo de las niñas provenía por el
ahogamiento de dos hermanas en el embalse. Nada que ver una cosa con la
otra.
Los restos de esto
refugios, utilizados antaño como "habitaciones del amor", pueden
verse a día de hoy, sobre una zona elevada en el ramal suroeste del embalse,
cerca del Barranco de Majada Alta y del Morro de la Cueva del Cerrojo.
ARBOL DE CASANDRA
Otra curiosidad que
suscita el lugar es sobre la mítica Leyenda de Casandra, junto al Árbol
Bonito, un bellísimo espécimen de pino canario, uno de los más longevos de
la isla con más de 400 años de antigüedad y que sobresale en esplendoroso porte
cerca del llamado Lomo de Baltasar. Desde el se abarca todo el Pinar
de Pajonales y domina una gran extensión de los dos grandes ramales de la
presa. Su silueta es inconfundible desde cualquier perspectiva del embalse,
siendo su característica principal el hecho de estar aislado de otros pinos más
jóvenes y bajos y que presenta un solo tronco del que sobresalen dos hermosos
ejemplares.
Está rodeado de un
círculo de pitas.
Ha sobrevivido a
varios incendios y supersticiosamente está envuelto en leyendas, mitos y
tradiciones orales, una de las cuales, quizás la más famosa es la Leyenda de
Casandra, de ahí que se le conozca también como “Pino de Casandra”.
Aunque existen
varias versiones respecto a esto, tal vez la más oída es la que el supuesto
padre de una niña de nombre Casandra, torturó, violó y quemó a su hija
encadenándola a este árbol después de haberla descubierto realizando rituales
brujeriles con fines amorosos.
Para más emoción, se dice que en las noches de agosto y luna llena, se oyen los tintineos lejanos de cadenas colgadas en un árbol.
Para más emoción, se dice que en las noches de agosto y luna llena, se oyen los tintineos lejanos de cadenas colgadas en un árbol.
En otra versión, la
niña y su novio son los que deciden quitarse la vida ahorcándose en el pino
para poner fin al maltrato que estos recibían por parte del padre de ella, que
no permitía su relación.
Y otra en la que la niña es ahogada por su padre y esta, en venganza, decide en forma espiritual acorralarlo en el pino hasta que muere de terror.
Y otra en la que la niña es ahogada por su padre y esta, en venganza, decide en forma espiritual acorralarlo en el pino hasta que muere de terror.
Esta última es
menos popular ya que se supone que cuando ocurrieron estos supuestos hechos, la
presa aún no había sido construida.
Obviamente todo
esto son leyendas y habladurías
populares.
Hay una historia
real sobre una chica, que en este caso no se llamaba Casandra y que vivió cerca
del barranquillo en la época en la que vivían sus abuelos.
Esta niña, que
solía llevar al ganado a pastar cerca del Árbol Bonito, desapareció una tarde
de regreso a su casa, sin dejar rastro y solo se encontró su pequeño rebaño
desperdigado en las lindes de la presa, antes de que esta se hubiera construido
en su totalidad.
Según los vecinos de la época, posiblemente la chiquilla se desriscaría por algún cortado cercano o caería en uno de los numerosos pozos y galerías que existían antaño en la zona.
Nunca se sabrá con exactitud lo que pasó, pero desde entonces, este hecho derivó en la actual Leyenda de Casandra, que es mucho más llamativa y apetecible para los amantes de estos relatos que el suceso original.
Según los vecinos de la época, posiblemente la chiquilla se desriscaría por algún cortado cercano o caería en uno de los numerosos pozos y galerías que existían antaño en la zona.
Nunca se sabrá con exactitud lo que pasó, pero desde entonces, este hecho derivó en la actual Leyenda de Casandra, que es mucho más llamativa y apetecible para los amantes de estos relatos que el suceso original.
De todas formas,
las prácticas de brujería eran muy habituales en los pequeños pueblos cumbreros
por entonces y enlazando una historia real con otros hechos fantásticos, se
fragua perfectamente una leyenda que a día de hoy perdura y gusta.
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